En 1999, Mariano Castany debutaba en la Primera de San Albano ante Pucará. Hoy, a los 33 años y con 15 años de rugby de Primera sobre el lomo, no se inmuta cuando es consultado por ese tema tan incómodo para el jugador, pero que se presenta a la vez como una rara obligación para los periodistas llegado el caso: el retiro.
“Lo estoy pensando mucho. Me voy a tomar el resto del año para definirlo, pero lo más probable es que cuelgue a fin de año”, revela sin medias tintas el segunda línea, uno de los líderes dentro de la cancha en el triunfo del equipo de Corimayo ante Los Tilos por 35 a 20, el tercero en cuatro fechas transcurridas de la Reubicación.
-¿En qué momento de tu vida deportiva te encontrás?
-Estoy en un momento difícil. Le estoy metiendo toda la actitud que tengo, pero la verdad es que se me está complicando desde la parte física. Laburo todo el día, estoy grande y la recuperación mía no es la misma que tienen los chicos de 23 años.
-Se sienten más los golpes…
-El tener que golpearme toda la semana hace que llegue “medio medio”. Es la realidad. Entonces, hay veces que tengo que cuidar un poco más la máquina para llegar bien al sábado.
-Volviste con todo de Italia en 2010 (jugó en L’Aquila del Super 10), pero después fue mermando tu presentismo…
-Estaba en mi mejor momento. Por eso, al año siguiente me tocó ser capitán del equipo y tuvimos la mejor campaña de la historia del club (NdeR: finalizaron decimoterceros en el Top 14). El año pasado, arranqué medio mal porque tuve tres lesiones que me dejaron afuera mucho tiempo. Además, me fui a Nueva Zelanda a hacer el curso de entrenador y me agarró a mitad de pretemporada. Ahí se complicó un poco. Nunca me pude poner del todo a tiro.