Ezequiel Fernández fue una de las revelaciones del San Albano modelo 2011, que obtuvo su pasaje al URBA Top 14 por segunda vez en su historia. Tato, categoría 91, sorprendió por su velocidad en largas zancadas y su potente patada a los palos. Pronto, se lo consideró como uno de los proyectos del club.
Cuando el 2012 debía ser el año de la consolidación, el wing contrajo una racha de lesiones diversas que lo privaron de la continuidad necesaria para integrar el primer equipo. “Me desgarré en el primer partido de la temporada. Después, me resiento una semana antes del clásico con Lomas Athletic (NdeR: 1era fecha). Fue un golpe muy duro para mi, porque tenía chances de jugarlo arriba”, recuerda. A los desgarros, se le sumó una fractura en la mano por un accidente en el trabajo.
De jugar en Primera con todas las luces a verlo desde afuera de la cancha. Sufrir un contraste así puede frustrar a cualquiera. Tato reconoce que tuvo un bajón anímico, pero que fue fundamental el apoyo de los entrenadores: “Por suerte, me bancaron y me entrené a full para poder estar. Además, mis compañeros me hablaron mucho y hasta me mandaron al psicólogo (sonríe) para sobrellevarlo”.
Retornó en la Menores de 22, donde empezó a sumar minutos de juego junto a varios de sus amigos. Pronto, se ganó un lugar en la Intermedia y esperó por una nueva oportunidad en Primera. No fue nada fácil, porque San Albano tuvo un XV bien consolidado a lo largo de la Reubicación.
Para leer la entrevista completa, ingresá en la web de A Pleno Rugby